
No solo el sistema sanitario y todos los sectores de la economía se han visto perjudicados por la pandemia, los impactos del coronavirus también lo ha sufrido el sector artístico y todos los que lo configuran. El cierre de los museos, la cancelación de todos los shows de música, obras de teatro y el cierre de salas son situaciones que han disparado un mecanismo de resiliencia en los artistas, que se han unido para re plantear, planificar y compensar las fallas estructurales del sistema, y crear otra forma de hacer cultura para que, como espectadores, podamos seguir disfrutando de ella. Una pelea frontal contra el monopolio que han logrado desarrollar desde la colaboración y cooperación.
La crisis atravesada es tal, que la UNESCO advierte: “El sector cultural corre el riesgo de ser uno de los primeros afectados por la crisis de la Covid-19 y no necesariamente uno de los prioritarios a la hora de tomar medidas de respuesta urgente. A largo plazo, esto podría confluir en que muchos artistas pierdan sus trabajos”. Ante esto los artistas no se han quedado de brazos y han surgido a nivel local, nacional e internacional otras formas de hacer cultura.
El movimiento ResiliArt
Un movimiento mundial lanzado por la UNESCO, al que se han unido profesionales de la cultura del mundo entero y que saca a la luz la situación actual de las industrias creativas mediante discusiones mundiales. El movimiento comenzó con una serie de debates en línea que han convocado a profesionales del sector cultural en todo el mundo para reflexionar sobre las respuestas que han emergido para mantener la cultura viva, de manera sostenible durante la actual crisis sanitaria. “El impacto del COVID-19 sobre toda la cadena de valor cultural será duradero en la economía creativa — afirma la UNESCO – y el movimiento ResiliArt tiene como objetivo garantizar que las conversaciones, el intercambio de datos y los esfuerzos de sensibilización continúen más allá de la pandemia”.
Tras la búsqueda de alternativas para un mundo impactado por la COVID-19, los artistas propusieron que las respuestas implementadas por los países tengan en cuenta la aplicación generalizada de la Recomendación de la UNESCO de 1980 sobre la condición del artista, un documento que insta a los estados miembros a crear políticas y estrategias para que los artistas “puedan trabajar, crear y organizarse fructíferamente en un entorno propicio”. Los debates que se han producido en ResiliArt han demostrado que es imprescindible proteger y salvaguardar la diversidad de las expresiones culturales, con el apoyo de gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil y el sector privado, con medidas adaptadas a cada contexto, para la configuración de la nueva normalidad en un mundo post-COVID-19.
Redes colaborativas desde el cine
En este clima de solidaridad y apoyo, se han creado dos asociaciones culturales de cine con la misión de articular, defender y promover las muestras y festivales de cine españoles. Tal es el caso de La Red de Festivales de Cine de Madrid (MATRIZ) que en palabras de su portavoz, Marta Garcia Larriu: “trabaja para promover las muestras y festivales de cine madrileño, para llevar el cine allí donde los circuitos de exhibición no llegan y aportando un elemento diferencial: el encuentro directo entre público y cineastas”. La asociación nace a partir de la decisión de la Comunidad de Madrid de mantener las salas abiertas sin actividades ni contenidos, fue entonces cuando el sector del cine madrileño comenzó a movilizarse y logró que se permitiera el aforo reducido en las salas con programación y actividades habituales.
Haciendo el salto hacia lo nacional también encontramos a el grupo PANTALLA (Federación Estatal de Coordinadoras de Festivales de Cine), que reúne a una gran cantidad de festivales de cine españoles, para buscar alternativas y apoyos estatales para paliar la crisis que ha producido el cierre de las salas de cine. Los grupos MATRIZ y PANTALLA, lograron unir a 150 festivales españoles que se encontraban en la deriva frente a la restricción por la pandemia, estas dos asociaciones lograron tener representación política y exigir ayudas, subvenciones y medidas que beneficiaran al sector cultural.
“Habernos unido desde el sector cultural para salir adelante ha sido el mayor acto de rebeldía contra el sistema”; así explica Marta García Larriu directora y portavoz de la asociación MATRIZ y colaboradora y portavoz en PANTALLA.
Un nuevo concepto de museo
En emprendimientos nacionales surgidos en cuarentena, también tenemos el caso de The Covid Art Museum (@covidartmuseum). “El primer museo de arte del mundo nacido en cuarentena”; así se describen en su biografía Irene Llorca, Emma Calvo y José Guerrero, tres profesionales de la publicidad que residen en Barcelona y hasta la fecha cuentan con más de 46.000 seguidores en su cuenta.
El trabajo consiste en agrupar obras de artistas que pueden ir desde la fotografía, la escultura, el video, la performance o la pintura. La peculiaridad del proyecto radica en que cualquier artista puede enviar y publicar su trabajo, sin pasar por unos barómetros rígidos como si fuese una galeria de arte en sentido estricto. Se trata de una galeria digital, incluso de una nueva definición del concepto museo, que se ha convertido en un fenómeno global y recibe trabajos de todo el mundo.
Fotografía de la Casa Encendida, en una intervención por la artista @monstruoespagueti el día 09/12/20.
Escrito por: Antonieta Agustí